lunes, 21 de mayo de 2012

Cuando me mudé a Buenos Aires, hace como ocho años, me divertía escribirles mails a mis amigas. Había armado un grupo de mails y todo, esos que mandás a una sola dirección y mágicamente se manda a todos. En esa época eran toda una novedad. Al menos, para mi. Me creía Bill Gates porque ninguno de los miembros del grupo sabía cómo lo había hecho.

La mayoría de mis amigas vino acá a vivir también, pero vivían en lugares tan inverosímiles y remotos que no las veía tanto (qué carajo es un Martínez? Quién querría vivir en San Telmo?!). Así que, al mejor estilo Carrie Bradshaw tercermundista wanna be, les mandaba ocurrentes, ácidos y divertidos mails. O eso creía yo. Parece que leerlos no les divertía tanto como a mi escribirlos.

Me frustré. Además, el teléfono es más mejor y más interactivo, y si el que está del otro lado no se quiere reir, hay formas de incomodarlo hasta que reaccione de la manera deseada.


Hace poco me acordé de todo esto. Claramente, la mina quería un blog. Con comments, por favor.

1 comentario:

  1. Es buenisimo!!! Yo siempre te respondi eh.. o eso creo, porque tus mails si siempre fueron acidos y divertidos de leer, capaz alguna vez me quede riendome sola y me olvide de responderte, eso puede ser..
    Me encanta estooo, que siga!!
    Besos
    Tu primer fan

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